martes, marzo 24, 2009

MAMA, ESTOY HARTO DE TRENES


Ya hemos llegado de nuestro mini viaje, en general todo muy bien. Hemos estado en casa de mis tíos, que nos han abierto la casa para nosotros, e igual mis primos. Mi marido Fali y mi padre Pepe, ellos si que se lo han pasado pipa, cada uno de ellos animaba a un equipo, Fali al Málaga y el Abuelo al Barcelona, supongo que sabéis el resultado Barcelona 6, Málaga 0.

Los niños también se lo han pasado pipa, pero YO, un poquito agobiada por Ginés.
Ginés encantado con la aventura de subirse en el tren, él le dice : el tren moderno. El trayecto de ida fue bien mientras íbamos viendo paisajes, una vez que anochecio empezaron los dos a montarla en el tren, no pararon. El tren estuvo unos veinte minutos parado, y Ginés empezó a decir que si íbamos a tener un accidente, lo decía en voz alta, y la gente nos miraba, claro yo le decía que no, y le iba explicando. Se pusieron a correr por lo vagones gritando que el tren se había roto, y que habíamos tenido un accidente, yo no se lo que pensaría la gente de los vagones por lo que paso, pero tuve que dar una explicación a un matrimonio que había sentado delante nuestra. El viaje lo terminamos bien, con retraso, pero bien.

Nada más llegar, Ginés pregunto donde estaba nuestro coche, le dije que en Málaga, y empezó a protesta que lo fuesemos a buscarlo. Cuando entramos en casa de mis tíos, se quería ir, decía que no le gustaba la casa, que se iba, vaya que abrió la puerta y salio. Me costo un poquito hacerle ver el cambio, yo creo que él creyó que era un viaje de ida y vuelta, mira que le estuve preparando, le dije que nos íbamos a casa de unos titos mio, y que dormiriamos allí. Yo estaba muy agobiada por ver a Ginés asi, él no estaba bien, era como si hubiese perdido el punto de referencia, y no sabía situarse allí. También preocupaba mis tíos, al ver a Ginés de esa forma, y yo no quería dar explicaciones de nada, eso es algo que me he propuesto. Bueno pasado unos diez minutos Ginés se tranquilizo, lo baño, cena, y lo acuesto, ya estaba contento, muy eufórico, no cogía el sueño, me tuve que acostar con él, hasta que se tranquilizo y se durmió. Ya al día siguiente todo bien, nos levantamos tempranito, y nos fuimos a la Rambla, al puerto, y visitamos el acuario, lo que más le impacto a los niños fue ver a los tiburones.

Ya por la tarde me quede en la casa con los niños, y vino mi primo con las niñas a vernos, Ginés fue a asustar a la más pequeña, que casi la tira al suelo, que susto me lleve, yo pensé que le estaba pegando. Fue el propio Ginés quien me lo explico: Mama, solo quería asustarla. Ahí tampoco explique nada, solo a Ginés, que tenía que tener cuidado, que la prima era pequeña.


Al día siguiente nos fuimos a un parque, y a comer a casa de mi primo, y allí paso igual, se quería ir, pero ya no a nuestra casa, si no a casa de los titos, ya tenía un nuevo punto de referencia.


Yo estaba mal, no por mi, si no por Ginés y por la familia. Le afecto muchisimos los cambios, y yo pensaba que no sería tanto. Me doy cuenta en la calle las dificultades que tiene, las cuales no se aprecian casi nada en casa.


Ginés a disfrutado muchisimos, ha hecho lo que más le gusta subirse en los trenes, a parte de la ida y vuelta en el Ave, hemos ido a todos lado en el metro en Barcelona, hasta el punto de que Ginés dijo varias veces MAMA, ESTOY HARTO DE TRENES.

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